Sumario
Sumario………………………………………………………….. Pág. 2
Introducción………………………………………………………. Pág. 3
Capítulo I:
………………………………………………………... Pág. 4
¿Qué se entiende por
Identidad de Género?
Capítulo
II:…………………………………………………………..Pág.8
Hacia un mejor entendimiento de los
modelos propuestos
en las relaciones entre sexo y género.
Conclusiones……………………………………………………….
Pág. 16
Bibliografía………………………………………………………….
Pág. 17
Introducción
Para estudiar y
comprender sobre identidad de género, resulta necesario, identificar conceptos
como sexo, sexualidad, identidad, género, etc.; para incorporar lo que
significa ser hombre o ser mujer, y a partir de ahí, comportarse como es debido
en sociedad.
La construcción
de la identidad de género, se inicia desde el nacimiento y dura toda la vida.
En la
actualidad, nuestra sociedad no admite conductas contrarias a la sexualidad
masculina y femenina, sin saber qué problemas existen de fondo en la
determinación u origen de las mencionadas, es por eso que urge el estudio de
estos temas para comprender lo que realmente significa.
El presente
trabajo ha sido elaborado con el firme propósito de conocer y comprender lo que
realmente es identidad de género, así como sus diferentes manifestaciones, y la
correspondiente relación varón_mujer.
Desde luego, no
soy el primero en desarrollar estos temas tan interesantes, muchos sexólogos,
científicos, biólogos, antropólogos, etc., se han ocupado inagotablemente del
tema.
Ahora yo como
estudiante inicial de la carrera de Derecho, logro con este estudio una mayor
comprensión gnoseológica y una mejor visión sobre lo que significa identidad de
género e identificación plena con el
sexo.
Para la
realización de este trabajo se ha revisado la bibliografía que he considerado
necesaria, existiendo por supuesto ciertas limitaciones por diversas razones y,
esperando en el fondo, subsanarlas, conforme una mayor labor investigativa.
Esperando pues
con este trabajo cumplir mis objetivos trazados, y ser de gran utilidad para el
lector, me sentiré complacido.
El autor.
Capítulo I
¿Qué se entiende por Identidad
de Género?
Identidad de
género es el conjunto de elementos que definen el uso de la sexualidad humana.
Incorpora elementos tantos biológicos como sociales y culturales. Constituyen
la manifestación privada de todos los elementos que la conforman1 .
Esta identidad
se refiere a la forma en como las personas incorporan lo que significa ser
hombre o ser mujer y se comportan a partir de estas características socialmente
esperadas.
En la
adolescencia, las experiencias y cambios vividos impactan también en la
identidad de género y sus posibles reconstrucciones. Los géneros se construyen
como excluyentes, o sea que ser hombre, es no ser mujer; y ser mujer es no ser
hombre. Esto quiere decir que no se aceptan como propias las características o
actividades que se cree que son del otro sexo, lo cual limita nuestra forma de
ser y lo que queremos hacer.
Se espera que
el hombre sea fuerte, agresivo, aventurero, valiente, inteligente, práctico,
que tenga el poder y el control. A la mujer se le enseña a ser dócil,
comprensiva, abnegada, frágil, emotiva, complaciente, a cuidar y servir a
otros.
Estas creencias
de cómo deben ser los hombres y las mujeres, producen más desencuentros que
encuentros. Esto porque la mujer es criada para entregarse, enamorarse, servir,
complacer a otros. Al hombre se le educa para relacionarse a partir del
control, la posesión y el mando. Así, las relaciones entre hombres y mujeres no
pueden ser respetuosas y equitativas, sino todo lo contrario. Sin embargo, lo
femenino y lo masculino son categorías definidas socialmente, por lo que pueden
ser revisadas y modificadas.

1 BARRAGÁN MADERO, Fernando,
La Educación Sexual. Guía Práctica, 2da
edición, ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 2002, p.123.
Es evidente que
varón y mujer son iguales por que ambos son personas, porque participan de una
misma naturaleza y de una misma misión 2 .
Sin embargo, no
es fácil lograr que esa igualdad no se desdibuje; también, igualdad no es
uniformidad: por voluntad de Dios, el varón y la mujer, a la vez que son
iguales son diferentes. Y esta igualdad y diferencia simultánea los hace
complementarias. ¿En qué consiste esa diferencia que no rompe, no puede romper
la igualdad y que, juntamente con ella, es el fundamento de la
complementariedad? ¿En qué planos o niveles se da la diferencia?
Tradicionalmente
se ha calificado la diferencia como una simple diversidad funcional. Hoy se
reconoce que “la cuestión de la diferencia no es reducible a un simple problema
de roles, sino que debe ser pensada antológicamente” 3 .
¿De qué modo se puede
entender la complementariedad entre varón y mujer?
1.
Aportación de la masculinidad y feminidad.-
Cada persona
desarrolla a lo largo de su vida una personalidad madura4 para eso se requiere el cultivo de las
virtudes humanas.
Pues bien, por
disposición divina el modo de ser masculino aporta a toda la naturaleza humana
unas cualidades que son necesarias a todas las personas, pero que se hacen más
presentes por su aportación: capacidad de proyectos a largo plazo, cierta
tendencia a la racionalización, la exactitud, el dominio sobre las cosas y la
inclinación hacia las técnicas, etc.; y hay otras cualidades, que aunque las
tienen que vivir también los varones, las aprenden por la aportación de la
feminidad. Entre otras cosas, es más espontánea en la mujer una mayor facilidad
para conocer a las personas, la delicadeza en el trato, la generosidad, la
capacidad de estar en lo concreto, la agudeza de ingenio, la intuición, la
tenacidad 5 .

2 Cfr.Gen.1, 26_27.
3 SCOLA, A., Identidad y Diferencia, p. 54.
4 Cfr.BALLESTEROS, Jesús., Postmodernidad y Neofeminismo: el equilibrio
entre “anima” y “animus” en Postmodernidad, ediciones Tecnos, Madrid, 1988,
p. 130.
5 Cfr. Conversaciones con Monseñor Josemaría Escribá de Balaguer,
ediciones Rialp, Madrid, n. 87.
Supone aceptar
que varón y mujer, a pesar de sus diferencias, tienen una naturaleza de la
misma categoría. Por tanto la distinción entre ambos, no estará en una
distribución de las virtudes, sino en el peculiar modo que cada uno tenga de
encarnarlas. Por tanto, no se puede decir que existan virtudes o cualidades
femeninas y masculinas. Las virtudes son humanas, y por ellos los varones han
de practicar las virtudes que tradicionalmente se han atribuido a las mujeres y
viceversa. Es preciso no confundir el tener una mayor inclinación hacia un tipo
de actividad con la imposibilidad para cultivar una determinada virtud
complementaria. En efecto, la naturaleza humana acoge rasgos femeninos y
masculinos. El hecho de que se cultiven las virtualidades en que “destaca “el
sexo contrario no significa perder masculinidad o feminidad. En este sentido
resulta un error evidente el mimetismo entre ambos sexos. De ahí puede
derivarse la feminización de los varones
o la masculinización de las mujeres, que rompe la atracción y__ sin
duda__ la armonía.
De lo que se
trata, en consecuencia, es de que cada sexo no imite, sino que aprenda del otro
__ y no sólo la mujer del varón, sino también el varón de la mujer__ encarnando
las cualidades a su estilo.
En este caso
las cualidades cristalizan en cada uno con tonalidades diferentes. Un varón sin
perder masculinidad, sino al revés, desarrollándola al máximo, puede ser
delicado y captar detalles concretos; un varón de gran humanidad puede afirmar
que tiene corazón de padre y de madre. Y una madre sin dejar de ser femenina,
puede hacer cabeza en una empresa o estar al frente de un país.
2.-
Persona masculina, persona femenina.
Otro tipo de
complementariedad se podría describir una vez que la personalidad de cada cual
está en cierto modo formada; es decir, con un cierto grado de madurez en las
virtudes, tanto aquellas para las que cada uno está más inclinado como las que
se han aprendido por la aportación del sexo contrario. El varón o la mujer son
como dos versiones de la misma naturaleza, pues son y hacen lo mismo de modo
diverso, pero de tal manera que resulten complementarios. “Masculinidad y
feminidad no están reducidos al plano físico__biológico, anatómico y
fisiológico__ ni se agotan en la función generativa. Atañen a toda la
corporeidad y, por ello, al modo como la instancia personal se expresa a través
de tal corporeidad diversamente moralizada. Esta es la razón de que no teniendo
la masculinidad la exclusiva de la fortaleza, ni la feminidad la de la ternura,
no obstante, se puede hablar de una fortaleza masculina y femenina (modos
propios o diversos de expresar el mismo bien) o de una ternura masculina o
femenina. En suma, podemos hablar de personalidad masculina y de personalidad
femenina sin que por ello varón y mujer sean más o menos persona humana” 6
.
Esto tiene
consecuencias en el plano operativo.
Así, ante un
mismo problema suelen encontrar dos soluciones distintas y las dos válidas, o
la misma solución gravitando en distinto centro, o bien, enfocada desde
perspectivas diferentes. Con la aportación de ambos se consigue gran eficacia.
Un modo de ser ayuda al otro. Esto se puede aplicar en todos los campos: la
familia y las profesiones
_________________________

6 VILADRICH, Pedro Juan, Matrimonio y Sistema Matrimonial de
Capítulo
II
Hacia un mejor entendimiento
de los modelos propuestos en las relaciones entre sexo y género
En la
actualidad se presentan cuatro posibles modelos de las relaciones entre sexo y
género que analizaremos, no sin antes definir algunos términos para evitar la
falta de rigor y la confusión de los planos biológico y cultural, tan frecuente
cuando no se recurre a estudios interdisciplinares.
El sexo, la
identidad sexual, está determinada biológicamente de forma muy clara, de manera
que podríamos decir que constituye “lo dado”, lo no elegible. Sin embargo la
orientación sexual y la conducta sexual (heterosexualidad, bisexualidad,
homosexualidad,…), aún cuando tienen una base biológica, son configuradas por
otros factores como la educación, los estereotipos, los factores culturales y
el propio comportamiento elegido, puesto que hay un margen muy amplio de
libertad en el modo en que cada sujeto conduce su sexualidad. Respecto al
comportamiento sexual, a los diferentes “modos” de actuación masculina y
femenina en actividades intelectuales, en el mundo laboral, en el mundo social,
etc., hay que decir que su enraizamiento biológico es escaso y aunque recientes
estudios indican diferencias estructurales y dimorfismos cerebrales varón/mujer,
los roles sociales son más bien resultado de procesos históricos _ culturales.
Las anomalías
en la determinación biológica del sexo, también llamada diferenciación sexual,
suelen ocurrir en etapa muy precoz del desarrollo embrionario y dan lugar a
patologías llamadas genéricamente intersexos.
Respecto al
sexo psicológico, es decir la conciencia o percepción de pertenecer a un
determinado sexo, ocurre a los 2,5_3 años y suele coincidir con el sexo
anatómico; su patología más severa la representan los transexuales: sujetos con
sexo psicológico de varón y sexo cromosómico, gonadal y fenotípico de mujer o
al revés. En cuanto a la orientación sexual, se entiende como tal, la
preferencia sexual que se establece en la adolescencia, coincidiendo con la época
en que se completa el desarrollo cerebral: preferencia heterosexual (98%) u
homosexual (2%).
Modelos
de sexo y género. La relación varón-mujer.
√
Modelo 1: Identidad sexo-género.
-
Diferencia
sin igualdad.
-
Diferencia
como inferioridad y subordinación.
-
Dependencia
de la mujer con respecto al hombre.
Este primer
modelo, al cual ya se le considera como falso y superado, es el que afirma que
a cada sexo le correspondería por necesidades biológicas unas funciones
sociales, invariables. A esto se añadía la justificación biológica y cultural
de la subordinación de la mujer al hombre.
Resumiendo en
otras palabras, La biología determinaría los roles sociales, y segundo a cada
sexo le corresponde un rol intransferible.
Desde la biología se
explicaba la diferenciación sexual femenina por
defecto; es decir, una mujer aparecía en ausencia de los factores que
normalmente daban lugar al desarrollo de un feto varón.
¿Quiere esto
decir que la diferenciación de las glándulas femeninas no está determinada
genéticamente? Durante bastante tiempo se pensó que así era; que la
diferenciación del cigoto hacia el tipo femenino era la forma espontánea,
mientras que el desarrollo masculino vendría a ser como una corrección de éste,
datos recientes han permitido saber que la diferenciación femenina no es una
diferenciación por defecto, sino que existe una vía embriogenética para el
desarrollo del ovario.
Existen por
tanto dos vías perfectamente diferenciadas en el desarrollo sexual normal del
embrión masculino o femenino. Y de forma muy similar a lo que ocurre si
accidentalmente se altera el número de cromosomas de este par 23, también se
presentarán anomalías con características clínicas variadas, si el cigoto
hereda los cromosomas X o Y sin los genes que controlan este proceso o con más
de una copia de ellos (Ana Carmen Marcuello y Natalia López Moratalia).
Como
consecuencia de este erróneo planteamiento, este primero modelo consideraba que
la mujer dependía del hombre. En esta perspectiva se exageraba la diferencia
entre los dos sexos, para a continuación entender la diferencia como
inferioridad de la mujer con respecto al varón.
La dependencia
de la mujer con respecto al varón, iba unida a otros dos presupuestos;
exaltación de las diferencias, negando la igualdad y la identidad entre sexo
biológico y las funciones sociales, hoy denominadas funciones de género.
Este modelo se
considera hoy a nivel teórico y jurídico como falso y superado, aunque persiste
en la práctica social; “a lo largo de este siglo, desde varios frentes, se ha
comenzado a poner en tela de juicio esta necesaria ligazón entre sexo y género.
Estudios antropológicos, sociológicos y psicológicos han puesto de manifiesto
que status, estereotipos, roles e incluso la misma masculinidad y feminidad, se
comprenden mejor desde una realidad de género, que goza de mecanismos propios e
independientes, que desde la determinación/destino del sexo biológico” 7
.
√
Modelo 2: Independencia entre sexo y género. Equiparación asimilacionista.
-
Independencia
entre sexo y género.
-
Igualdad
sin diferencia.
-
Asimilacionismo.
Este modelo
surge a raíz de las reivindicaciones de los primeros movimientos feministas de
los sesenta. Reclamaban la independencia
de la mujer con respecto al varón, entendiendo ahora su situación como la de
igualdad sin diferencia. Ser iguales significaba ocupar los lugares que en el
mundo público sólo habían pertenecido a los hombres; es decir, suplantarles
adoptando sus maneras, imitando los modos masculinos. Se produce así una
paradoja; la mujer imita al hombre, queriendo a su vez liberarse de lo
femenino.
Con ese fin
huye del mundo privado porque considera que éste es la causa de su esclavitud.
Pone las esperanzas de su liberación en su incorporación al mundo laboral, al
mercado de trabajo.
_______________

7 FERNÁNDEZ, Juan. Introducción: la doble realidad del sexo y
del género, Investigaciones Psicológicas, nº 9, 1991.
Intenta además
hacer oír su voz en la sociedad, una voz anteriormente sumergida y oculta 8.
Esto se trasluce en varios logros, especialmente en la legislación. Se alcanza,
después de un prolongado periodo de reivindicaciones, la igualdad formal en el
ámbito jurídico 9 .
En concreto, la
mujer se debía librar de su maternidad, ese era el precio exigido, había que
liberarse de la biología, la cual significaba o equivalía a liberarse de la
maternidad. Este objetivo perseguía una doble finalidad: la posibilidad de ser
competentes en el ámbito profesional, y la liberación de la subordinación
implícita en las relaciones con los varones, por tanto había que liberarse
también de los hombres. Por eso, parte de estas reivindicaciones se plantean
contra los varones, ellos son el enemigo. De manera que se tiende a crear
ámbitos de mujeres separadas de los varones 10 .
Este modelo
reclama la perfecta identidad entre los géneros masculinos y femeninos; es
decir, como propuso el primer feminismo radical, la absoluta igualdad entre
varón y mujer, sin ninguna diferencia. Propone para acabar con la desigualdad
de sexos, la erradicación de las diferencias incluso a nivel biológico. Para estas
feministas, la guerra entre los sexos es una guerra en contra de la naturaleza,
y aunque reconocen que la familia está arraigada en realidades biológicas como
el hecho de que sólo la mujer puede quedar embarazada, piensan que aún así, la
mujer puede lograr su liberación. Esto lo haría a través de:
1.-La
absoluta revolución sexual de clases, no sólo a través de la eliminación del
privilegio masculino, sino también eliminando la distinción misma del sexo.
2.-
El absoluto control de la reproducción de la mujer, incluyendo el aborto a
petición, y

8
GILLIGAN, Carol. In a Different Voice, Cambridge, Harvard University Pres, 1982,
p.167.
9 DURÁN Y LALAGUNA, P. El tratamiento técnico del feminismo, Editorial
Ayuntamiento de Castellón, Castellón, 1992, p.45.
10 MACKINNON, Catherine A. Toward a Feminist Theory of the State, Harvard University Pres,
1991, p.97
3.-
la total liberación sexual, que incluye el derecho absoluto del individuo a
tener relaciones sexuales con otros individuos sin importar la edad, el número
de personas, el estado civil o las relaciones familiares (incesto) o el género 11
.
En lo referente al comportamiento
sexual, aparece la moda “bisexual”, se incrementa la homosexualidad y se
intenta buscar una base científica a la afirmación de que heterosexual y
homosexualidad son aspectos igualmente normales de naturaleza humana, que
obedecen a mecanismos intrínsecos de las primeras fases del desarrollo.
¿Qué es lo que en realidad conocemos
sobre las posibles bases biológicas de la homosexualidad?
Se podría precisar que se trata de una
preferencia sexual y no de una alteración en la identidad sexual (sería más
bien éste, el caso de los transexuales) porque la mayoría de los individuos
gays o lesbianas se identifican fuertemente con su sexo anatómico
definido. Respecto a que si la
preferencia homosexual es patológica es un asunto que está fuera de duda para
Freíd quien consideraba la heterosexualidad como la condición adulta normal y
la homosexualidad como un estado patológico de desarrollo interrumpido causado
primordialmente por factores educativo _ familiares (carácter absorbente de la
madre, hostilidad, debilidad o ausencia del padre, celos infantiles u otros
factores 12.
√ Modelo 3: Transexualidad.
Los estados intersexuales o
hermafroditismo. No existe un tercer sexo.
Hermafroditismo
verdadero y pseudohermafroditismo.
Respecto
a los hermafroditas, no se trata en modo alguno de un tercer sexo. Los estados
intersexuales se definen por la existencia de contradicción de uno o más de los
criterios morfológicos que definen el sexo (estructura cromosómica, gónadas,
genitales internos y externos, caracteres sexuales secundarios); es decir,
existe en estos individuos una patología en algunos de los puntos de la cadena
biológica que conduce a la diferenciación sexual 13 .
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11 Ibídem, p.112
12 BANCROFT, Jhon. Homosexual Orientation, Psychiatry
(1994), p.437
13 GONZALES MERLO, J. Ginecología: Estados Intersexuales, Editorial
Masson_Salvat, Barcelona, 1998, p.72
Distinguimos las siguientes formas de
intersexualidad:
1.-Disgenesia
gonadal. Síndrome de Turner. Hablaré de sólo dos de los cuadros más
representativos: la disgenesia gonadal mixta y el Síndrome de Turner. Los
individuos con disgenesia gonadal mixta se presentan como mujeres con
diferentes grados de virilización. Los genitales externos presentan una vagina
inmadura y una hipertrofia de clítoris. Presentan una gónada rudimentaria en un
lado y en el otro un testículo que puede ser rudimentario e intraabdominal;
suele existir trompa y hemiútero unilateral así como un cordón ovárico.
Clínicamente presentan amenorrea, retraso, telarquía y esterilidad y son
posibles las complicaciones propias del síndrome de turner en general. En
cuanto al tratamiento, estas pacientes tienen mejores posibilidades de desenvolverse
en el sexo femenino que suele ser el sexo asignado y por ello la terapia
hormonal se dirigirá a apoyar el sexo femenino normalmente asumido y si es
preciso cirugía plástica del pene si la virilización es importante.
2.-
Hermafroditismo masculino: también llamado pseudohermafroditismo masculino y
masculinización incompleta con gónadas y estructura cromosómica masculina. Hay
dos grupos fundamentales:
a.- Pseudohermafroditismo por fallo de
regresión de los conductos de Muller; en este caso el sexo cromosómico y
gonadal es masculino y los genitales externos son igualmente masculinos por lo
que su sexo asignado y asumido suele ser masculino. Son sus genitales internos
los discordantes: poseen trompas y útero más o menos desarrollados. Obviamente,
el tratamiento reforzará su sexo masculino.
b.- Pseudohermafroditismo por defecto de la
virilización debido a dos causas fundamentales:
- Por defecto de la síntesis de los
andróginos.
- Por resistencia a los andróginos; que a
su vez se subdividen en: síndrome de feminización testicular completa también
llamado Síndrome de Morris y el síndrome de feminización testicular incompleta.
3.-
Hermafroditismo femenino. Son individuos con gónadas y sexo genético femenino,
que muestran un grado más o menos intenso de virilización. Son siempre XX, con
genitales internos y gónada femenina normal, pero con genitales externos con
fusión de pliegues labioescrotales e hipertrofia de clítoris variable. El
tratamiento se dirigirá en lo referente a la esfera genital a potenciar el sexo
asumido que suele ser siempre el femenino con corrección plástica de genitales
externos según el grado de afectación.
4.-
Hermafroditismo verdadero. Son individuos que poseen a la vez tejido ovárico y
testicular. La mayoría de los hermafroditas verdaderos tienen genitales
externos de aspecto masculino y han sido educados e inscritos como varones;
pero también, pueden presentarse como mujeres con cuerpo musculazo y mamas bien
desarrolladas. En cuanto a los genitales internos pueden coexistir un útero
bien desarrollado o rudimentario y una trompa, con estructuras procedentes del
conducto de Wolf (próstata, vesícula seminal, epidídimo… El tratamiento será la
extirpación de la gónada antagónica (si es un ovotestes, extirpación) y terapia
de apoyo al sexo asignado y asumido (cirugía plástica y hormonoterapia) 14
.
√ Modelo 4: Relación entre
sexo y género, pero no identidad. Interdependencia y corresponsabilidad.
En este modelo
se considera que la perspectiva de género es adecuada para describir los
aspectos culturales que rodean a la construcción de las funciones del hombre y
la mujer en el contexto social. Si los sexos son varón y mujer, las funciones
atribuidas culturalmente a cada sexo pueden ser en algunos aspectos
intercambiables. Este modelo propugna la interdependencia entre los dos sexos: una igualdad en la diferencia. Reivindica
que los dos sexos deben estar simultáneamente presentes en el mundo de lo
privado y lo público.
A la vez que
reclama más presencia de la mujer en la vida pública, considera igualmente
necesaria una mayor presencia del varón en los asuntos domésticos, y en el
mundo de la educación de los hijos. También el varón tiene derecho a asumir
unas tareas antes reservadas a las mujeres.
En esta mutua
cooperación hay que distinguir en ambos ámbitos funciones intercambiables; es
decir, que pueden ser realizados indistintamente por personas de ambos sexos, y
que dependen sólo del aprendizaje, frente a otras funciones o roles que están
conectadas a una diferenciación biológica y que no son transferibles al otro
sexo.
_____________________________

14 CALLEJO OLMOS, Estados Hiperandrogénicos, ediciones
informática, 1995, p.154.
Por otra parte,
según este modelo, no todo es cultural. Este modelo reconoce la no identidad
entre sexo y género, añade también como necesario el reconocimiento de que no
todos los estereotipos sociales atribuidos a ambos sexos son siempre
indiferentes, sino que algunos de ellos tienen una mayor
raigambre o base biológica,
de manera que no son una mera construcción cultural cambiable, sino que están
inexorablemente unidos a la diferenciación sexual, así, no es lo mismo ser
padre que madre a la hora de educar a los hijos. Los dos papeles son
insustituibles, complementarios y no intercambiables. Por tanto, tan
perjudicial sería la desaparición de la figura de la madre, como la carencia de
la figura del padre.
Este modelo
propone otro tipo de soluciones en la línea de la complementariedad de lo
masculino y lo femenino, tanto en el ámbito privado como en el ámbito público,
laboral y político. Lo familiar es tanto del hombre como de la mujer y lo mismo
lo laboral. Del mismo modo, que no maternidad sin paternidad. No es justo, ni
se puede justificar biológicamente, que el cuidado de los hijos recaiga
unilateralmente sobre la mujer.
Conclusiones
√ Varón y mujer
son iguales en esencia, por naturaleza, pero ambos, son a la vez diferentes, y
esta igualdad y diferencia simultánea, los hace complementarias. La
complementariedad varón_mujer, quiere decir, que con la aportación de ambos se
consigue gran eficacia. Un modo de ser ayuda al otro.
Esto se puede aplicar en
todos los campos: la familia y las profesiones.
√ Se concluye
afirmando que el sexo, identidad sexual, está determinada biológicamente, sería
“lo dado”, lo “no elegible”; sin embargo, la orientación sexual y la conducta
sexual, aún cuando tienen una base biológica, se configuran por otros factores
como la educación, estereotipos, factores culturales, y el propio
comportamiento elegido, puesto que hay un margen muy amplio de libertad en el
modo en que cada sujeto conduce su sexualidad.
√ En cuanto a
los modelos antes estudiados, quiero rescatar y a la vez resaltar el importante
aporte que establece el modelo 4, que propugna la relación
complementariedad_corresponsabilidad e interdependencia de ambos, varón y
mujer, ya que esa complementariedad los conducirá hacia su realización.
Bibliografía
√ Cfr.BALLESTEROS, Jesús., Postmodernidad y Neofeminismo: el equilibrio
entre “anima” y “animus” en Postmodernidad, ediciones Tecnos, Madrid, 1988,
√ BANCROFT, Jhon. Homosexual
Orientation, Psychiatry (1994).
√ BARRAGÁN MADERO, Fernando, La Educación Sexual. Guía Práctica, 2da
edición, ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 2002.
√ CALLEJO OLMOS, Estados Hiperandrogénicos, ediciones
informática, 1995,
√
Cfr. Conversaciones con Monseñor Josemaría
Escribá de Balaguer, ediciones Rialp, Madrid, n. 87.
√ DURÁN Y LALAGUNA, P. El tratamiento técnico del feminismo, Editorial
Ayuntamiento de Castellón, Castellón, 1992.
√ FERNÁNDEZ, Juan. Introducción: la doble realidad del sexo y del género,
Investigaciones Psicológicas, nº 9, 1991
√ GILLIGAN, Carol. In a Different Voice, Cambridge, Harvard University Pres, 1982.
√ GONZALES MERLO, J. Ginecología: Estados Intersexuales, Editorial
Masson_Salvat, Barcelona, 1998.
√ MACKINNON, Catherine A. Toward a Feminist Theory of the State, Harvard
University Pres, 1991.
√ SCOLA,
A., Identidad y Diferencia.
√ VILADRICH, Pedro Juan, Matrimonio y Sistema Matrimonial de la Iglesia. Reflexiones
sobre la misión del Derecho Matrimonial Canónica en la sociedad actual, en
“Ius Canonicum” 54 (1987)
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