viernes, 13 de febrero de 2015

Identidad de Género

Sumario




Sumario…………………………………………………………..    Pág. 2


Introducción……………………………………………………….  Pág. 3


Capítulo I: ………………………………………………………...  Pág. 4
¿Qué se entiende por Identidad de Género?


Capítulo II:…………………………………………………………..Pág.8
Hacia un mejor entendimiento de los modelos propuestos
en las relaciones entre sexo y género.
 

Conclusiones………………………………………………………. Pág. 16


Bibliografía…………………………………………………………. Pág. 17









Introducción


Para estudiar y comprender sobre identidad de género, resulta necesario, identificar conceptos como sexo, sexualidad, identidad, género, etc.; para incorporar lo que significa ser hombre o ser mujer, y a partir de ahí, comportarse como es debido en sociedad.
La construcción de la identidad de género, se inicia desde el nacimiento y dura toda la vida.
En la actualidad, nuestra sociedad no admite conductas contrarias a la sexualidad masculina y femenina, sin saber qué problemas existen de fondo en la determinación u origen de las mencionadas, es por eso que urge el estudio de estos temas para comprender lo que realmente significa.
El presente trabajo ha sido elaborado con el firme propósito de conocer y comprender lo que realmente es identidad de género, así como sus diferentes manifestaciones, y la correspondiente relación varón_mujer.
Desde luego, no soy el primero en desarrollar estos temas tan interesantes, muchos sexólogos, científicos, biólogos, antropólogos, etc., se han ocupado inagotablemente del tema.
Ahora yo como estudiante inicial de la carrera de Derecho, logro con este estudio una mayor comprensión gnoseológica y una mejor visión sobre lo que significa identidad de género e  identificación plena con el sexo.
Para la realización de este trabajo se ha revisado la bibliografía que he considerado necesaria, existiendo por supuesto ciertas limitaciones por diversas razones y, esperando en el fondo, subsanarlas, conforme una mayor labor investigativa.
Esperando pues con este trabajo cumplir mis objetivos trazados, y ser de gran utilidad para el lector, me sentiré complacido.




El autor.
Capítulo I

¿Qué se entiende por Identidad de Género?


Identidad de género es el conjunto de elementos que definen el uso de la sexualidad humana. Incorpora elementos tantos biológicos como sociales y culturales. Constituyen la manifestación privada de todos los elementos que la conforman1 .     
Esta identidad se refiere a la forma en como las personas incorporan lo que significa ser hombre o ser mujer y se comportan a partir de estas características socialmente esperadas.
En la adolescencia, las experiencias y cambios vividos impactan también en la identidad de género y sus posibles reconstrucciones. Los géneros se construyen como excluyentes, o sea que ser hombre, es no ser mujer; y ser mujer es no ser hombre. Esto quiere decir que no se aceptan como propias las características o actividades que se cree que son del otro sexo, lo cual limita nuestra forma de ser y lo que queremos hacer.
Se espera que el hombre sea fuerte, agresivo, aventurero, valiente, inteligente, práctico, que tenga el poder y el control. A la mujer se le enseña a ser dócil, comprensiva, abnegada, frágil, emotiva, complaciente, a cuidar y servir a otros.
Estas creencias de cómo deben ser los hombres y las mujeres, producen más desencuentros que encuentros. Esto porque la mujer es criada para entregarse, enamorarse, servir, complacer a otros. Al hombre se le educa para relacionarse a partir del control, la posesión y el mando. Así, las relaciones entre hombres y mujeres no pueden ser respetuosas y equitativas, sino todo lo contrario. Sin embargo, lo femenino y lo masculino son categorías definidas socialmente, por lo que pueden ser  revisadas y modificadas.

 


1 BARRAGÁN MADERO, Fernando, La Educación Sexual. Guía Práctica, 2da edición, ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 2002, p.123.
Es evidente que varón y mujer son iguales por que ambos son personas, porque participan de una misma naturaleza y de una misma misión 2 .
Sin embargo, no es fácil lograr que esa igualdad no se desdibuje; también, igualdad no es uniformidad: por voluntad de Dios, el varón y la mujer, a la vez que son iguales son diferentes. Y esta igualdad y diferencia simultánea los hace complementarias. ¿En qué consiste esa diferencia que no rompe, no puede romper la igualdad y que, juntamente con ella, es el fundamento de la complementariedad? ¿En qué planos o niveles se da la diferencia?
Tradicionalmente se ha calificado la diferencia como una simple diversidad funcional. Hoy se reconoce que “la cuestión de la diferencia no es reducible a un simple problema de roles, sino que debe ser pensada antológicamente” 3 .
¿De qué modo se puede entender la complementariedad entre varón y mujer?
1. Aportación de la masculinidad y feminidad.-
Cada persona desarrolla a lo largo de su vida una personalidad madura4  para eso se requiere el cultivo de las virtudes humanas.
Pues bien, por disposición divina el modo de ser masculino aporta a toda la naturaleza humana unas cualidades que son necesarias a todas las personas, pero que se hacen más presentes por su aportación: capacidad de proyectos a largo plazo, cierta tendencia a la racionalización, la exactitud, el dominio sobre las cosas y la inclinación hacia las técnicas, etc.; y hay otras cualidades, que aunque las tienen que vivir también los varones, las aprenden por la aportación de la feminidad. Entre otras cosas, es más espontánea en la mujer una mayor facilidad para conocer a las personas, la delicadeza en el trato, la generosidad, la capacidad de estar en lo concreto, la agudeza de ingenio, la intuición, la tenacidad 5 .


 


2 Cfr.Gen.1, 26_27.
3 SCOLA, A., Identidad y Diferencia, p. 54.
4 Cfr.BALLESTEROS, Jesús., Postmodernidad y Neofeminismo: el equilibrio entre “anima” y “animus” en Postmodernidad, ediciones Tecnos, Madrid, 1988, p. 130.
5 Cfr. Conversaciones con Monseñor Josemaría Escribá de Balaguer, ediciones Rialp, Madrid, n. 87.
Supone aceptar que varón y mujer, a pesar de sus diferencias, tienen una naturaleza de la misma categoría. Por tanto la distinción entre ambos, no estará en una distribución de las virtudes, sino en el peculiar modo que cada uno tenga de encarnarlas. Por tanto, no se puede decir que existan virtudes o cualidades femeninas y masculinas. Las virtudes son humanas, y por ellos los varones han de practicar las virtudes que tradicionalmente se han atribuido a las mujeres y viceversa. Es preciso no confundir el tener una mayor inclinación hacia un tipo de actividad con la imposibilidad para cultivar una determinada virtud complementaria. En efecto, la naturaleza humana acoge rasgos femeninos y masculinos. El hecho de que se cultiven las virtualidades en que “destaca “el sexo contrario no significa perder masculinidad o feminidad. En este sentido resulta un error evidente el mimetismo entre ambos sexos. De ahí puede derivarse la feminización de los varones  o la masculinización de las mujeres, que rompe la atracción y__ sin duda__ la armonía.
De lo que se trata, en consecuencia, es de que cada sexo no imite, sino que aprenda del otro __ y no sólo la mujer del varón, sino también el varón de la mujer__ encarnando las cualidades a su estilo.
En este caso las cualidades cristalizan en cada uno con tonalidades diferentes. Un varón sin perder masculinidad, sino al revés, desarrollándola al máximo, puede ser delicado y captar detalles concretos; un varón de gran humanidad puede afirmar que tiene corazón de padre y de madre. Y una madre sin dejar de ser femenina, puede hacer cabeza en una empresa o estar al frente de un país.
2.- Persona masculina, persona femenina.
Otro tipo de complementariedad se podría describir una vez que la personalidad de cada cual está en cierto modo formada; es decir, con un cierto grado de madurez en las virtudes, tanto aquellas para las que cada uno está más inclinado como las que se han aprendido por la aportación del sexo contrario. El varón o la mujer son como dos versiones de la misma naturaleza, pues son y hacen lo mismo de modo diverso, pero de tal manera que resulten complementarios. “Masculinidad y feminidad no están reducidos al plano físico__biológico, anatómico y fisiológico__ ni se agotan en la función generativa. Atañen a toda la corporeidad y, por ello, al modo como la instancia personal se expresa a través de tal corporeidad diversamente moralizada. Esta es la razón de que no teniendo la masculinidad la exclusiva de la fortaleza, ni la feminidad la de la ternura, no obstante, se puede hablar de una fortaleza masculina y femenina (modos propios o diversos de expresar el mismo bien) o de una ternura masculina o femenina. En suma, podemos hablar de personalidad masculina y de personalidad femenina sin que por ello varón y mujer sean más o menos persona humana” 6 .
Esto tiene consecuencias en el plano operativo.
Así, ante un mismo problema suelen encontrar dos soluciones distintas y las dos válidas, o la misma solución gravitando en distinto centro, o bien, enfocada desde perspectivas diferentes. Con la aportación de ambos se consigue gran eficacia. Un modo de ser ayuda al otro. Esto se puede aplicar en todos los campos: la familia y las profesiones 
_________________________ 

6
VILADRICH, Pedro Juan, Matrimonio y Sistema Matrimonial de la Iglesia. Reflexiones sobre la misión del Derecho Matrimonial Canónica en la sociedad actual, en “Ius Canonicum” 54 (1987), pp. 519_520.

Capítulo II


Hacia un mejor entendimiento de los modelos propuestos en las relaciones entre sexo y género



En la actualidad se presentan cuatro posibles modelos de las relaciones entre sexo y género que analizaremos, no sin antes definir algunos términos para evitar la falta de rigor y la confusión de los planos biológico y cultural, tan frecuente cuando no se recurre a estudios interdisciplinares.
El sexo, la identidad sexual, está determinada biológicamente de forma muy clara, de manera que podríamos decir que constituye “lo dado”, lo no elegible. Sin embargo la orientación sexual y la conducta sexual (heterosexualidad, bisexualidad, homosexualidad,…), aún cuando tienen una base biológica, son configuradas por otros factores como la educación, los estereotipos, los factores culturales y el propio comportamiento elegido, puesto que hay un margen muy amplio de libertad en el modo en que cada sujeto conduce su sexualidad. Respecto al comportamiento sexual, a los diferentes “modos” de actuación masculina y femenina en actividades intelectuales, en el mundo laboral, en el mundo social, etc., hay que decir que su enraizamiento biológico es escaso y aunque recientes estudios indican diferencias estructurales y dimorfismos cerebrales varón/mujer, los roles sociales son más bien resultado de procesos históricos _ culturales.
Las anomalías en la determinación biológica del sexo, también llamada diferenciación sexual, suelen ocurrir en etapa muy precoz del desarrollo embrionario y dan lugar a patologías llamadas genéricamente intersexos.
Respecto al sexo psicológico, es decir la conciencia o percepción de pertenecer a un determinado sexo, ocurre a los 2,5_3 años y suele coincidir con el sexo anatómico; su patología más severa la representan los transexuales: sujetos con sexo psicológico de varón y sexo cromosómico, gonadal y fenotípico de mujer o al revés. En cuanto a la orientación sexual, se entiende como tal, la preferencia sexual que se establece en la adolescencia, coincidiendo con la época en que se completa el desarrollo cerebral: preferencia heterosexual (98%) u homosexual (2%).

Modelos de sexo y género. La relación varón-mujer.
√ Modelo 1: Identidad sexo-género.
-       Diferencia sin igualdad.
-       Diferencia como inferioridad y subordinación.
-       Dependencia de la mujer con respecto al hombre.
Este primer modelo, al cual ya se le considera como falso y superado, es el que afirma que a cada sexo le correspondería por necesidades biológicas unas funciones sociales, invariables. A esto se añadía la justificación biológica y cultural de la subordinación de la mujer al hombre.
Resumiendo en otras palabras, La biología determinaría los roles sociales, y segundo a cada sexo le corresponde un rol intransferible.
Desde la biología se explicaba la diferenciación sexual femenina por defecto; es decir, una mujer aparecía en ausencia de los factores que normalmente daban lugar al desarrollo de un feto varón.
¿Quiere esto decir que la diferenciación de las glándulas femeninas no está determinada genéticamente? Durante bastante tiempo se pensó que así era; que la diferenciación del cigoto hacia el tipo femenino era la forma espontánea, mientras que el desarrollo masculino vendría a ser como una corrección de éste, datos recientes han permitido saber que la diferenciación femenina no es una diferenciación por defecto, sino que existe una vía embriogenética para el desarrollo del ovario.
Existen por tanto dos vías perfectamente diferenciadas en el desarrollo sexual normal del embrión masculino o femenino. Y de forma muy similar a lo que ocurre si accidentalmente se altera el número de cromosomas de este par 23, también se presentarán anomalías con características clínicas variadas, si el cigoto hereda los cromosomas X o Y sin los genes que controlan este proceso o con más de una copia de ellos (Ana Carmen Marcuello y Natalia López Moratalia).
Como consecuencia de este erróneo planteamiento, este primero modelo consideraba que la mujer dependía del hombre. En esta perspectiva se exageraba la diferencia entre los dos sexos, para a continuación entender la diferencia como inferioridad de la mujer con respecto al varón.
La dependencia de la mujer con respecto al varón, iba unida a otros dos presupuestos; exaltación de las diferencias, negando la igualdad y la identidad entre sexo biológico y las funciones sociales, hoy denominadas funciones de género.
Este modelo se considera hoy a nivel teórico y jurídico como falso y superado, aunque persiste en la práctica social; “a lo largo de este siglo, desde varios frentes, se ha comenzado a poner en tela de juicio esta necesaria ligazón entre sexo y género. Estudios antropológicos, sociológicos y psicológicos han puesto de manifiesto que status, estereotipos, roles e incluso la misma masculinidad y feminidad, se comprenden mejor desde una realidad de género, que goza de mecanismos propios e independientes, que desde la determinación/destino del sexo biológico” 7 .

√ Modelo 2: Independencia entre sexo y género. Equiparación asimilacionista.
-       Independencia entre sexo y género.
-       Igualdad sin diferencia.
-       Asimilacionismo.
Este modelo surge a raíz de las reivindicaciones de los primeros movimientos feministas de los sesenta.  Reclamaban la independencia de la mujer con respecto al varón, entendiendo ahora su situación como la de igualdad sin diferencia. Ser iguales significaba ocupar los lugares que en el mundo público sólo habían pertenecido a los hombres; es decir, suplantarles adoptando sus maneras, imitando los modos masculinos. Se produce así una paradoja; la mujer imita al hombre, queriendo a su vez liberarse de lo femenino.
Con ese fin huye del mundo privado porque considera que éste es la causa de su esclavitud. Pone las esperanzas de su liberación en su incorporación al mundo laboral, al mercado de trabajo.

_______________ 


7 FERNÁNDEZ, Juan. Introducción: la doble realidad del sexo y del género, Investigaciones Psicológicas, nº 9, 1991.

Intenta además hacer oír su voz en la sociedad, una voz anteriormente sumergida y oculta 8. Esto se trasluce en varios logros, especialmente en la legislación. Se alcanza, después de un prolongado periodo de reivindicaciones, la igualdad formal en el ámbito jurídico 9 .
En concreto, la mujer se debía librar de su maternidad, ese era el precio exigido, había que liberarse de la biología, la cual significaba o equivalía a liberarse de la maternidad. Este objetivo perseguía una doble finalidad: la posibilidad de ser competentes en el ámbito profesional, y la liberación de la subordinación implícita en las relaciones con los varones, por tanto había que liberarse también de los hombres. Por eso, parte de estas reivindicaciones se plantean contra los varones, ellos son el enemigo. De manera que se tiende a crear ámbitos de mujeres separadas de los varones 10 .
Este modelo reclama la perfecta identidad entre los géneros masculinos y femeninos; es decir, como propuso el primer feminismo radical, la absoluta igualdad entre varón y mujer, sin ninguna diferencia. Propone para acabar con la desigualdad de sexos, la erradicación de las diferencias incluso a nivel biológico. Para estas feministas, la guerra entre los sexos es una guerra en contra de la naturaleza, y aunque reconocen que la familia está arraigada en realidades biológicas como el hecho de que sólo la mujer puede quedar embarazada, piensan que aún así, la mujer puede lograr su liberación. Esto lo haría a través de:
1.-La absoluta revolución sexual de clases, no sólo a través de la eliminación del privilegio masculino, sino también eliminando la distinción misma del sexo.
2.- El absoluto control de la reproducción de la mujer, incluyendo el aborto a petición, y


 
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8 GILLIGAN, Carol. In a Different Voice,  Cambridge, Harvard University Pres, 1982, p.167.
9 DURÁN Y LALAGUNA, P. El tratamiento técnico del feminismo, Editorial Ayuntamiento de Castellón, Castellón, 1992, p.45.
10  MACKINNON, Catherine A. Toward a Feminist Theory of the State, Harvard University Pres, 1991, p.97

3.- la total liberación sexual, que incluye el derecho absoluto del individuo a tener relaciones sexuales con otros individuos sin importar la edad, el número de personas, el estado civil o las relaciones familiares (incesto) o el género 11 .
En lo referente al comportamiento sexual, aparece la moda “bisexual”, se incrementa la homosexualidad y se intenta buscar una base científica a la afirmación de que heterosexual y homosexualidad son aspectos igualmente normales de naturaleza humana, que obedecen a mecanismos intrínsecos de las primeras fases del desarrollo.
¿Qué es lo que en realidad conocemos sobre las posibles bases biológicas de la homosexualidad?
Se podría precisar que se trata de una preferencia sexual y no de una alteración en la identidad sexual (sería más bien éste, el caso de los transexuales) porque la mayoría de los individuos gays o lesbianas se identifican fuertemente con su sexo anatómico definido.  Respecto a que si la preferencia homosexual es patológica es un asunto que está fuera de duda para Freíd quien consideraba la heterosexualidad como la condición adulta normal y la homosexualidad como un estado patológico de desarrollo interrumpido causado primordialmente por factores educativo _ familiares (carácter absorbente de la madre, hostilidad, debilidad o ausencia del padre, celos infantiles u otros factores 12.
√ Modelo 3: Transexualidad.
Los estados intersexuales o hermafroditismo. No existe un tercer sexo.
Hermafroditismo verdadero y pseudohermafroditismo.
Respecto a los hermafroditas, no se trata en modo alguno de un tercer sexo. Los estados intersexuales se definen por la existencia de contradicción de uno o más de los criterios morfológicos que definen el sexo (estructura cromosómica, gónadas, genitales internos y externos, caracteres sexuales secundarios); es decir, existe en estos individuos una patología en algunos de los puntos de la cadena biológica que conduce a la diferenciación sexual 13  .
 
_________________
11 Ibídem, p.112
12 BANCROFT, Jhon. Homosexual Orientation, Psychiatry (1994), p.437
13 GONZALES MERLO, J. Ginecología: Estados Intersexuales, Editorial Masson_Salvat, Barcelona, 1998, p.72


Distinguimos las siguientes formas de intersexualidad:
1.-Disgenesia gonadal. Síndrome de Turner. Hablaré de sólo dos de los cuadros más representativos: la disgenesia gonadal mixta y el Síndrome de Turner. Los individuos con disgenesia gonadal mixta se presentan como mujeres con diferentes grados de virilización. Los genitales externos presentan una vagina inmadura y una hipertrofia de clítoris. Presentan una gónada rudimentaria en un lado y en el otro un testículo que puede ser rudimentario e intraabdominal; suele existir trompa y hemiútero unilateral así como un cordón ovárico. Clínicamente presentan amenorrea, retraso, telarquía y esterilidad y son posibles las complicaciones propias del síndrome de turner en general. En cuanto al tratamiento, estas pacientes tienen mejores posibilidades de desenvolverse en el sexo femenino que suele ser el sexo asignado y por ello la terapia hormonal se dirigirá a apoyar el sexo femenino normalmente asumido y si es preciso cirugía plástica del pene si la virilización es importante.
2.- Hermafroditismo masculino: también llamado pseudohermafroditismo masculino y masculinización incompleta con gónadas y estructura cromosómica masculina. Hay dos grupos fundamentales:
     a.- Pseudohermafroditismo por fallo de regresión de los conductos de Muller; en este caso el sexo cromosómico y gonadal es masculino y los genitales externos son igualmente masculinos por lo que su sexo asignado y asumido suele ser masculino. Son sus genitales internos los discordantes: poseen trompas y útero más o menos desarrollados. Obviamente, el tratamiento reforzará su sexo masculino.
    b.- Pseudohermafroditismo por defecto de la virilización debido a dos causas fundamentales:
      - Por defecto de la síntesis de los andróginos.
      - Por resistencia a los andróginos; que a su vez se subdividen en: síndrome de feminización testicular completa también llamado Síndrome de Morris y el síndrome de feminización testicular incompleta.
3.- Hermafroditismo femenino. Son individuos con gónadas y sexo genético femenino, que muestran un grado más o menos intenso de virilización. Son siempre XX, con genitales internos y gónada femenina normal, pero con genitales externos con fusión de pliegues labioescrotales e hipertrofia de clítoris variable. El tratamiento se dirigirá en lo referente a la esfera genital a potenciar el sexo asumido que suele ser siempre el femenino con corrección plástica de genitales externos según el grado de afectación.
4.- Hermafroditismo verdadero. Son individuos que poseen a la vez tejido ovárico y testicular. La mayoría de los hermafroditas verdaderos tienen genitales externos de aspecto masculino y han sido educados e inscritos como varones; pero también, pueden presentarse como mujeres con cuerpo musculazo y mamas bien desarrolladas. En cuanto a los genitales internos pueden coexistir un útero bien desarrollado o rudimentario y una trompa, con estructuras procedentes del conducto de Wolf (próstata, vesícula seminal, epidídimo… El tratamiento será la extirpación de la gónada antagónica (si es un ovotestes, extirpación) y terapia de apoyo al sexo asignado y asumido (cirugía plástica y hormonoterapia) 14 .
√ Modelo 4: Relación entre sexo y género, pero no identidad. Interdependencia y corresponsabilidad.
En este modelo se considera que la perspectiva de género es adecuada para describir los aspectos culturales que rodean a la construcción de las funciones del hombre y la mujer en el contexto social. Si los sexos son varón y mujer, las funciones atribuidas culturalmente a cada sexo pueden ser en algunos aspectos intercambiables. Este modelo propugna la interdependencia entre los dos sexos: una igualdad en la diferencia. Reivindica que los dos sexos deben estar simultáneamente presentes en el mundo de lo privado y lo público.
A la vez que reclama más presencia de la mujer en la vida pública, considera igualmente necesaria una mayor presencia del varón en los asuntos domésticos, y en el mundo de la educación de los hijos. También el varón tiene derecho a asumir unas tareas antes reservadas a las mujeres.
En esta mutua cooperación hay que distinguir en ambos ámbitos funciones intercambiables; es decir, que pueden ser realizados indistintamente por personas de ambos sexos, y que dependen sólo del aprendizaje, frente a otras funciones o roles que están conectadas a una diferenciación biológica y que no son transferibles al otro sexo.
 _____________________________
14 CALLEJO OLMOS, Estados Hiperandrogénicos, ediciones informática, 1995, p.154.


Por otra parte, según este modelo, no todo es cultural. Este modelo reconoce la no identidad entre sexo y género, añade también como necesario el reconocimiento de que no todos los estereotipos sociales atribuidos a ambos sexos son siempre indiferentes, sino que algunos de ellos tienen una mayor 
raigambre o base biológica, de manera que no son una mera construcción cultural cambiable, sino que están inexorablemente unidos a la diferenciación sexual, así, no es lo mismo ser padre que madre a la hora de educar a los hijos. Los dos papeles son insustituibles, complementarios y no intercambiables. Por tanto, tan perjudicial sería la desaparición de la figura de la madre, como la carencia de la figura del padre.
Este modelo propone otro tipo de soluciones en la línea de la complementariedad de lo masculino y lo femenino, tanto en el ámbito privado como en el ámbito público, laboral y político. Lo familiar es tanto del hombre como de la mujer y lo mismo lo laboral. Del mismo modo, que no maternidad sin paternidad. No es justo, ni se puede justificar biológicamente, que el cuidado de los hijos recaiga unilateralmente sobre la mujer.



Conclusiones



√ Varón y mujer son iguales en esencia, por naturaleza, pero ambos, son a la vez diferentes, y esta igualdad y diferencia simultánea, los hace complementarias. La complementariedad varón_mujer, quiere decir, que con la aportación de ambos se consigue gran eficacia. Un modo de ser ayuda al otro.
Esto se puede aplicar en todos los campos: la familia y las profesiones.


√ Se concluye afirmando que el sexo, identidad sexual, está determinada biológicamente, sería “lo dado”, lo “no elegible”; sin embargo, la orientación sexual y la conducta sexual, aún cuando tienen una base biológica, se configuran por otros factores como la educación, estereotipos, factores culturales, y el propio comportamiento elegido, puesto que hay un margen muy amplio de libertad en el modo en que cada sujeto conduce su sexualidad.


√ En cuanto a los modelos antes estudiados, quiero rescatar y a la vez resaltar el importante aporte que establece el modelo 4, que propugna la relación complementariedad_corresponsabilidad e interdependencia de ambos, varón y mujer, ya que esa complementariedad los conducirá hacia su realización.








 
Bibliografía

Cfr.BALLESTEROS, Jesús., Postmodernidad y Neofeminismo: el equilibrio entre “anima” y “animus” en Postmodernidad, ediciones Tecnos, Madrid, 1988,

BANCROFT, Jhon. Homosexual Orientation, Psychiatry (1994).

√ BARRAGÁN MADERO, Fernando, La Educación Sexual. Guía Práctica, 2da edición, ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona, 2002.

CALLEJO OLMOS, Estados Hiperandrogénicos, ediciones informática, 1995,

√ Cfr. Conversaciones con Monseñor Josemaría Escribá de Balaguer, ediciones Rialp, Madrid, n. 87.

√ DURÁN Y LALAGUNA, P. El tratamiento técnico del feminismo, Editorial Ayuntamiento de Castellón, Castellón, 1992.

√ FERNÁNDEZ, Juan. Introducción: la doble realidad del sexo y del género, Investigaciones Psicológicas, nº 9, 1991

√ GILLIGAN, Carol. In a Different Voice,  Cambridge, Harvard University Pres, 1982.

√ GONZALES MERLO, J. Ginecología: Estados Intersexuales, Editorial Masson_Salvat, Barcelona, 1998.

√ MACKINNON, Catherine A. Toward a Feminist Theory of the State, Harvard University Pres, 1991.

√ SCOLA, A., Identidad y Diferencia.

VILADRICH, Pedro Juan, Matrimonio y Sistema Matrimonial de la Iglesia. Reflexiones sobre la misión del Derecho Matrimonial Canónica en la sociedad actual, en “Ius Canonicum” 54 (1987)










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